♪Let me take you down,cos' I'm going to Strawberry Fields...Nothing is real...And nothing to get hung about...Strawberry Fields Forever♫

viernes, 24 de febrero de 2012

La chica que saltaba a través del tiempo

Siguiendo con los sucesos que me acaecieron en el Chibi Japan Weekend, hoy os voy a hablar de una de las películas que me regalaron con la entrada anticrisis, La chica que saltaba a través del tiempo. La escogí porque acababa de ver un fanvideo que me interesó, y me sonaba haber leído de ella en alguna parte. Además, la ristra de premios que lucía en la portada acabó por convencerme. XD La vi este viernes, sin nada mejor que hacer y esperando pasar de manera entretenida la tarde. Me la dio con creces. Allá vamos con la sinopsis, un dato de apoyo y la opinión personal.


-Sinopsis:
Makoto Konno es una chica normal y corriente, con una vida corriente y amigos normales y corrientes. Un día, tras entrar en el laboratorio de química a dejar unos cuadernos, se cruza con un extraño al que no logra ver la cara y en medio de la confusión cae sobre un extraño artefacto con forma de nuez que estalla debajo de ella. En un principio no parece haber ocurrido nada raro, pero rápidamente Makoto descubre que tiene la habilidad de saltar a través del tiempo. Tomándose el hallazgo con entusiasmo, Makoto comienza a utilizarlo abusivamente y a placer. Sin embargo, no le sirve sino para liar las cosas a la hora de resolver sus asuntos amorosos con uno de sus dos mejores amigos, Chiaki, ya que no tiene muy claro qué es lo que siente ella por él realmente…

-Dato explicativo:
La chica que saltaba a través del tiempo está basada en una novela homónima del autor Yasutaka Tsutsui, titulada en versión original Toki wo Kakeru Shoujo y editada en 1967. Sin embargo, lo que cuenta el libro son las peripecias de la tía de la propia protagonista a través del tiempo saltando ella también a través de éste, por lo que la película se podría considerar una secuela. No obstante, La chica que saltaba a través del tiempo ha sido adaptada en numerosas ocasiones y ha sido la novela favorita de varias generaciones de jóvenes japoneses.

-Opinión personal:
Si hubiera que describir el filme de forma rápida, bastaría con decir que es una película sencillamente espectacular. Tiene un dibujo simple pero atrayente, una animación estupenda, dosis bien equilibradas de acción, amor y humor a partes iguales, y una heroína carismática y divertida que a lo largo de la película se da y recibe más golpes que una piñata instalada en una habitación llena de niños. Los saltos que da en el tiempo resultan ser muchísimos, pero no lían al espectador (al menos, no demasiado), y si bien algunas escenas dan la impresión de tener un desarrollo muy evidente porque se reproducen varias veces y das por sentado que ya sabes lo que va a pasar, las sorpresas que acaban dándote con el cambio brusco de los acontecimientos resultan el doble de impactantes. Y los momentos de tensión son de tensión auténtica, en los que la angustia de la protagonista pasa a convertirse en la tuya.

Huelga decir que los paisajes de los fondos son de una calidad excelente y la variedad de técnicas que son utilizados en estos no contribuyen sino a enriquecer más el conjunto de la película. Todo esto se remata con el tema principal, Natsuzora, que es una canción preciosa.

¿Alguna pega…? Bueno, como ya he dicho antes, yo me acordé de la existencia de esta película (me parece que ya había leído su nombre en alguna columna de freetalk que Natsuki Takaya utiliza en Fruits Basket) viendo un fanvideo que recopilaba momentos de la misma, y como en los primeros los personajes salen de cintura para arriba, al principio pensé que Makoto era un chico. (¬x¬U) (De hecho, el nombre “Makoto” siempre me ha sonado a nombre de chico, porque precisamente en Fruits Basket aparece que se llama Makoto Takei, el líder del conejo estudiantil. Aparte de él, esta Makoto es la única con este nombre de la que he tenido noticia en el mundo del manga.) Por otra parte, ¿qué hay de malo en que la chica tenga aspecto de chico? Eso sólo la hace más adorable y graciosa. Tal vez lo que en un inicio te deja con ganas de más es el final, porque en cierto modo queda abierto…Pero es ingeniosamente inesperado, te llena y te hace reconocer que acabas de ver una maravilla cinematográfica. (Para constatarlo, tan sólo deciros que recibió varias nominaciones y premios, y que además consiguió la mayoría. Si no me creéis, mirad la portada. Aunuqe no busquéis en google, porque no yo misma he encontrado una imagen decente...).

Respecto a los personajes, supongo que caerán mejor o peor en función del espectador que los juzgue. (Aquí cabe aclarar que varias escenas tienen el desarrollo que tendrían las de un anime y que los personajes actúan en consecuencia, aunque esto no queda fuera de lugar en absoluto). Es curioso cómo los más tranquilos pueden llegar a ser los que más te ponen de los nervios…

Eso sí, la voz en español de Makoto es de la misma dobladora de Anne Hathaway y Jessie de Toy Story, y puede llegar a resultar algo exagerada e irritante. Así mismo, la voz del chico protagonista, Chiaki, es la del doblador de Kohaku de El viaje de Chihiro y la del protagonista de Steamboy; a mí siempre me ha parecido que en estos dos papeles queda algo mal, porque los dos personajes a los que dobla son niños y se hace extraño verles hablar con una voz tan adulta. No obstante, Chiaki ya es mayorcito, así que en esta ocasión no me ha desagradado.

Para finalizar, que sepáis que me hubiera gustado opinar sobre muchas más cosas, pero  no quiero explotaros la película, así que me las he ahorrado. Son innecesarias y disfrutaréis mucho más viéndolas de primera mano que si os las cuento yo.

Y hasta aquí mi informe sobre la película que elegí en el Chibi Japan Weekend. Supongo que mi próxima crítica será de la otra que me dieron de regalo y sin yo pedirlo, Tokio Marble Chocolate. Se nota a la legua que es shojo y no tiene ni un solo premio ni tan buena pinta, pero le daré una oportunidad.

¡Nos vemos!

lunes, 20 de febrero de 2012

Chibi Japan Weekend y San Valentín

 Cumpliendo con la tradición de escribir mis entradas con retraso, aquí vengo con una nueva para contaros cómo fueron mis experencias con este Chibi Japan Wedekend y San Valentín, ya que ambos ocurrieron en fechas muy pegadas.

Esta no es una buena imagen para ver el cartel del Chibi Japan completo, lo siento.

-Chibi Japan Weekend:
Bueno, la verdad es que me enteré de la celebración del Chibi Japan de potra. Una amiga me pasó el enlace por el tuenti, otra me lo verificó en el metro y el día antes del evento yo estaba con los pelos de punta. Quería hacer cosplay, pero como el acontecimiento me pilló desprevenida no me quedó otro remedio que volver a disfrazarme de China, de Hetalia. (Por eso he puesto en la imagen principal un dibujo de Veneciano deseando Feliz San Valentín, por eso y porque adoro Hetalia con todo mi ser <3). Así que recurrí de nuevo a la ropa con pinta militar de mi padre, me ajusté el cinturón de mi madre, me recogí el pelo con una goma roja de pelo que me prestó una antigua compañera de clase y no le devolví jamás y “allá me fui el domingo en el metro, bajo la tierra y eh, más tierra, al Pabellón de la pipa, donde el festival iba a tener lugar.” (No voy a poneros una foto porque tengo sentido de la privacidad y mi disfraz era muy cutre, pero aquí os dejo un dibujo):
 
Fui con la misma amiga que me había avisado por tuenti y quedamos en el metro. Por el camino se nos unió otra chica con la que pasamos toda la tarde, y al llegar lo primero que visitamos fue el stand dedicado al k-pop. Mi amiga estaba que no cabía en sí de gozo porque estaban poniendo videoclips de grupos masculinos que le gustan, pero yo, fan de las Girls’ Generation donde las haya, me aburrí como una ostra mirando aquella tele. Aquí tenéis una foto (mal hecha para no mosquear a las coordinadoras del stand):

El videoclip que están echando en la tele es de las Brown Eyed Girls o como se escriba, que si pierden algún día su empleo como cantantes siempre pueden dedicarse a ser cabaretistas.
Ya que estamos, os voy a contar algo ¿gracioso? Que me ocurrió mientras estaba en el stand de k-pop (porque nos pasamos por él varias veces, sí). Un chiflado situado en el borde de la parte de delante empezó a señalarme y a gritar: “¡Es China! ¡China de Hetalia! ¡Incluso lleva a Panda-chan!” (Me había encajado un panda en la parte de atrás de la mochila para dar más realismo a mi cosplay). Comenzaron a intentar llamarme, pero yo hice oídos sordos y continué haciendo como que miraba las fotos de mi cámara. Cuando vi que ellos sacaban la suya y se disponían a fotografiarme, me escondí a toda prisa detrás de mi amiga, como diciendo sin palabras:”¡Si conseguís fotografiarme, no lo haréis fácilmente, mamones!”. La gente está chalada, simplemente chalada. Bueno, en este caso eran frikis chalados.


En el pasado Japan Weekend también me hicieron foto. Un tío que me parece que iba disfrazado de Brook me pidió que si me podía hacer una con él. O sea, que sepáis que yo dejo que me hagan fotos, pero siempre y cuando me lo pidan de manera decente y sin darme mal rollo.
Hablando de fotos, aquí tenéis las que hice. Como tenía la cámara decente sin batería no me quedó otra que llevarme la Kodak malilla, y esto fue lo que obtuve: imágenes sin ningún valor informativo y movidas en su mayoría. Si os fijáis en la tercera hay unos hetalienses, y en la última un cosplayer de Amaimon de Blue Exorcist. Pero no tienen más chicha.

  
  




Siguiendo un poco más con el stand de k-pop, os voy a contar algo que me pareció sencillamente fatal: las coordinadoras del stand de k-pop celebraron un sorteo de productos de diversos grupos, y la mitad de regalos se los llevaron ellas. Comprendo que ellas a sus cuarenta y tantos puedan ser fans de grupos para adolescentes, y que la mano que sacó las papeletas de la urna con sus nombres fuese (supuestamente) una mano inocente, pero no me parece bien que dejen a los demás sin sus premios y se pongan ellas delante. Que sí, que fue aleatorio y todo eso, pero aun así…No me parece justo. (Mi amiga, sin ir más lejos, se indignó y se quedó sin nada.) Por otra parte, en el primer sorteo que hicieron (os estaba remitiendo al segundo) la mitad de los nombres que dijeron eran de personas que estaban ausentes, y el resto de la gente tuvo algunas posibilidades más de que le tocara algún regalito.

Aparte de eso, no veo mucho más que destacar. Cada cual habrá tenido sus propias experiencias, así que por ese lado no me voy a extender más...Oh, bueno, y a lo largo de la tarde me crucé en el Chibi Japan con un chico hikikomori de mi academia de dibujo que ni me devolvió el saludo, una amiga que había tratado de llamarme pero que no encontró manera de contactar conmigo (*remordimientos de conciencia*), en el andén del metro con uno de segundo de bachillerato de mi instituto, y en el metro de mi casa con dos antiguas compañeras a las que saludé de canto. Se quedaron flipando con mis vendas y el panda que me asomaba por la mochila. Va, ya me callo con eso.
Ahora vamos con mis adquisiciones (^^).
Esta vez tuve la inteligencia suficiente como para comprarme la entrada anticrisis, con la que, según había leído en la web del Chibi Japan, te regalaban una peli. Costaba 10 euros, y la estándar 6. Una peli manga por sólo 4 euros más. Es un buen negocio, ¿no?
Lo mejor de todo es que no me regalaron sólo una, sino dos pelis: La chica que saltaba a través del tiempo y Tokio Marble Chocolate. Aquí tenéis las carátulas:




La chica que saltaba a través del tiempo ya la he visto, y es buenísima; en cuanto pueda subiré la crítica, que la tengo en el otro ordenador. Y también haré una de Tokio Marble Chocolate, cuando la vea.
Y respecto a lo que me compré...¡Je! Pues un cojín de Hetalia, con un dibujo del manga en el que salen casi todos los personajes. (Faltan Bélgica y Holanda, y alguna que otra mascota). Lo compré en la tienda Konechi, y me costó 15 euros. Lo sé. Un timo. Pero yo quería ese cojín ;A;
Aquí os pongo la foto que tienen en la página web de Konechi, porque no tengo cámara estos días para hacérsela al mío.

Qué dispares son el dibujo del manga y del anime, ¿eh?
La verdad es que yo pensaba que el cojín era del anime, así que me decepcionó un poco cuando lo vi de cerca. Aún así, mantuve la compostura.

Termino diciendo lo básico: a la vuelta a casa todo el mundo me miraba en el metro, a mí y a mi panda-chan que daba mal rollo porque originalmente era un panda móvil a pilas y en algún momento se le debieron de encender las bombillas de los ojos y parecía querer matar a alguien, y al volver a casa me apresuré a quitarme las vendas de las piernas, porque mi padre me había dicho que si las llevaba muy ajustadas se me podían formar trombos o algo así y morir con la circulación cortada.

San Valentín
Bien, con San Valentín me explayaré mucho menos. A pesar de ser el día del amor y la amistad no me ocurrió nada especial, y no hice nada especial. Bueno, en el buzón de San Valentín de mi curso metí pompas gigantes de papel de embalaje pintadas como caritas sonrientes envueltas en papel de periódico como caramelos para todos mis compañeros y a la mayoría les hicieron mucha gracia, hubo incluso algunos que no quisieron reventarlas, pero por lo demás nada. Mi profesora de lengua dice que es una costumbre estúpida, que es como si la gente que tiene pareja les dijera a los que no la tienen “tú-no-estás-en-nuestro-club”, y que a la pareja hay que quererla todo el año y no hacerle la ola todo un día. Como he dicho, no hice ni me ocurrió nada especial, pero sí que me ocurrió algo desagradable.

Llevaba algunos días obsesionada con una canción que había descubierto gracias a la película Cuenta conmigo, llamada Lollipop. Se pega al instante. Aquí la tenéis:


El caso: pensando en esta canción por las escaleras mecánicas y por no prestar atención a dónde ponía el pie, tropecé y me clavé un escalón en una pierna. Dolor instantáneo. Supongo que esto en realidad se debió al karma, que se vengó de mí por acosar todo el rato con Lollipop a mis amigas.

Y eso es todo de momento. ¡Nos vemos, y espero que (al menos vosotros) hayáis tenido un buen San Valentín! :)

viernes, 3 de febrero de 2012

Estrés



Sólo hay disponible una palabra para definir mi estado de ánimo: Estrés. ¡Estrés, estrés y más estrés!
Llevo ya así una temporadita, y al principio no tenía ningún motivo concreto, simplemente me sentía inusualmente hiperactiva y no podía estarme quieta ni un segundo. Sin embargo, ahora que tengo una razón fundamentada estoy que no puedo con mi alma; quiero echarme a rodar por el suelo de mi cuarto cual croqueta en sartén -creo que en estos momentos soy perfectamente comparable- y no parar hasta chocar contra algo, y ojalá ese algo sea una estantería, porque así lo que contenga se me caerá encima, con un poco de suerte me dará en la cabeza y así podré olvidarme un momento de todo esto...

El motivo de tanto nerviosismo es, como no podría ser de muchas otras formas, el dinero. Más bien, el posible dinero que puedo ganar a costa de los dos concursos literarios en los que voy a participar en breve.

El primer concurso se celebra en la localidad de una amiga, que es una zona bastante popular por ser de gente bien, y el premio estándar del concurso son 600 euros; sin embargo, hay que vivir por ahí para aspirar a él, así que ya puedo irme despidiendo. De todos modos, el premio correspondiente a mi categoría -la joven- es de nada más y nada menos que de 150 euros. Como ya os conté en mi entrada "¡¡He ganado!!", el año pasado conseguí quedar primera, y me llevé dicha suma tan felizmente (la cual, por cierto, aún no he invertido en nada... Sigue en el banco, a la espera de que dé cuenta de ella).

El segundo concurso lo celebra mi propio colegio, que, al ser privado, ofrece al ganador del concurso literario de este año la cantidad de 120 euros, y el segundo premio son 100. No está mal, ¿eh?

Si habéis leído hasta aquí ya habréis deducido que mi estrés se debe a la elaboración de las historias que presentaré para probar suerte. Con un poco de ídem, si logro ganar los dos concursos me llevaré nada más y nada menos que 370 euros. Mi familia es de clase media y no suelo recibir paga normalmente, así que imaginaos todo lo que podría comprarme con toda esa pasta: la colección completa de los libros de aprender a dibujar del Vip's, esas prendas de ropa que me hacen llorar al verles el precio, un caballete, un yate...No, eso ya no XD

Aún estoy haciendo las historias que voy a presentar, que colgaré tanto si gano como si no. Los resultados de ambos concursos salen en un par de meses, así que tendré que esperar un poco para saber si ha habido suerte. ¡Qué horror!

Por cierto, la imagen que encabeza este artículo es un fotograma de la última actuación en directo de las Girl's Generation, en el show de David Letterman, en Nueva York (se han hecho muchas parodias de este programa, seguro que lo conocéis o al menos os suena), interpretando la canción que da nombre a su nuevo álbum, The Boys. A mí personalmente no me gusta mucho, pero su tono es tan estridente como me noto yo por dentro estos días y se encuentra entre las cosas que me pululan en estos momentos por la mente, así que encaja perfecto. Podéis ver el vídeo que yo vi haciendo click aquí .
Yuuuuurgh...¡No soy más que un hervidero de nervios! Qué duro es ser joven y tener expectativas...

Escrito escuchando remix de Robotaki para "Visual Dreams" y "Show!Show!Show!", ambas canciones de las Girls' Generation. Si os lo estáis preguntando, sí, encajan con mi estado de ánimo.