♪Let me take you down,cos' I'm going to Strawberry Fields...Nothing is real...And nothing to get hung about...Strawberry Fields Forever♫

jueves, 26 de mayo de 2011

Renovando el blog...

En realidad, esta entrada debería haberla publicado antes (concretamente, el martes 24), pero quería colgar primero las otras dos entradas anteriores.
El caso es que he cambiado el diseño y la cabecera del blog, para ponerlo un poco más mono. Es algo que llevaba queriendo hacer desde hace tiempo, y ahora que finalmente he activado mi tableta gráfica es cuando me he decidido a hacerlo.
No sé que puedo decir del diseño antiguo. Para empezar, era la fusión de una imagen que me encontré por casualidad en los resultados de google imágenes y la portada de un videojuego de Death Smiles...

...que, combinados, dieron lugar a esto:


Aquí tenéis dos fotos que le hice al blog cuando todavía tenía el diseño antiguo:

(Nota: en la primera imagen he borrado el título de una pestaña, porque era el nombre de una amiga con la que estaba hablando por chat y quería preservar su intimidad).

Además, mi foto de usuario era una imagen que encontré por casualidad de Haruno Sakura, cuando todavía estaba viendo Naruto:


Aquí está la descripción que tenía puesta en el perfil por aquel entonces:

"Ana de las Tejas Verdes" no es mi nombre de verdad, sino el título de una novela bastante antigua escrita en 1908 por L.M.Montgomery. Por aquella época resultaba inusual,ya que su protagonista era entonces lo que se dice una antiheroína. La leí cuando tenía 8 años y me encantó. Creo que si la volviera a leer hoy en día no la soportaría. Recuerdo que era muy empalagosa. Pero gracias a ella aprendí lo que eran las mangas abullonadas, así que leerla no me vino mal del todo(pero me empanó un poquito el cerebro). Y aparte de eso, no puedo vivir sin dibujar, me gusta el manga(pero no todo, y además lo estoy dejando porque suele ser machista y diferencia mucho las cosas de chicos y de chicas),y los animes que me gustan son Skip Beat y Naruto. Skip Beat tenía 25 capítulos,y Naruto... más de 400 en total. Espero(a diferencia de la gente que conozco que sigue la serie)poder acabarlo.

La imagen que tengo puesta ahora no me gusta mucho, pero ya me la cambiaré. De momento, aquí os la pongo, en versión hecha a mano y con la tableta, para practicar (ya sé que me ha quedado fatal, pero todavía no la manejo muy bien):

Por cierto, la actual está basado en un dibujo que hice hace tiempo y que me gustó mucho, así que decidí reutilizarlo. Me parece un poco pobre, pero cuando maneje mejor la tableta podré mejorarla.
El dibujo original:

Y...Bueno, el fondo ha sido lo que menos me he pensado: hice un punto negro y otro rosa sobre el paint sobre un fondo blanco y lo puse en mosaico. Fin.


 

El maniquí

Aquí está la historia que se me ocurrió a raíz del MV de las Girls' Generation "Gee". Perdonadme por la excesiva longitud del artículo, pero no me funciona la herramienta de salto de línea y no he podido comprimirlo.

El maniquí

Ya eran las diez. Hora de cerrar.
El dependiente se paseó brevemente por el local para asegurarse de que ya no quedaba ningún cliente rezagado y, después de colgar en la puerta el cartel que indicaba que la tienda ya no estaba abierta, cogió los montones de ropa desdeñados que habían quedado a la entrada de los probadores y los fue devolviendo pacientemente a sus respectivos sitios. Cuando todo estuvo organizado de nuevo, se puso la chaqueta, apagó todas las luces a excepción de las de la parte de delante, que quedaban a la vista del público, y cogió las llaves del cajón del mostrador.
Salió de la tienda, y ya había echado el cierre y se disponía a marcharse, cuando algo le llamó la atención.
Allí, bajo los brillantes tubos fluorescentes de neón que alumbraban el escaparate, había cuatro maniquíes femeninos, colocados en diversas posturas.
Lo que le extrañaba no era que hubiese maniquíes (la suya era una tienda de ropa, ¿cómo no iba a haberlos?), sino que hubiese cuatro. Que él recordase, hasta ahora siempre había habido sólo tres. Se aproximó más a la cristalera y escrutó el rostro de la cuarta figura.
Al igual que las otras, tenía aspecto de chica joven de complexión esbelta, con la cara redondita, un corte de pelo actual, las pestañas saturadas de rimel y las mejillas coloreadas suavemente de un rojo artificial. Iba vestida con una camiseta de tirantes rosa vintage, cuyo mensaje escrito en letras color canela quedaba semioculto por numerosos collares de perlas falsas y un gran chaquetón holgado azul eléctrico. Éste era muy amplio, pero no lo suficientemente largo como para disimular la exigua faldita verde manzana de olanes que llevaba debajo. El estrambótico conjunto quedaba rematado por unas medias color amarillo fuerte semitransparentes y unas bailarinas fucsia de charol.
Desde luego, aquel maniquí tenía exactamente la misma estética chillona que la tienda, y además parecía muy trabajado. El corto cabello castaño parecía natural, y entre él asomaban unos pendientes de perlitas mate en tono crema. Incluso le habían hecho la manicura, pintándole las uñas de rosa fresa y adornándoselas con minúsculas mariposas blancas.
De todos modos, por muy bonita que resultase la figura, él no recordaba haberla visto antes. Aquella era la primera vez. Pero entonces, ¿cómo había llegado allí ella solita? ¿Por su propia cuenta?
Reflexionó unos segundos.
“Tal vez la hayan traído mientras yo tenía descanso y estaba comiendo”, pensó al final.
Sí, debía de ser eso.
Sacó las llaves de la cerradura de la puerta y echó a andar, satisfecho por haber resuelto el misterio.
El escaparate quedó desierto y sin nadie que lo contemplase, acompañado únicamente del leve chisporroteo que hacían las luces de neón al variar de tonos.
Y, de pronto, el maniquí nuevo parpadeó.
Repitió el gesto varias veces, guiñando con fuerza para aclarar su visión. A continuación, se frotó los párpados con las manos y se envaró, descolocándose de su incómoda postura original. Meneó un par de veces los brazos y las piernas para desentumecerlos y, girándose hacia atrás, se bajó de la plataforma de un saltito y aterrizó limpiamente en el suelo, para levantar después la cabeza y observar admirada el interior de la tienda, a la vez que se alababa mentalmente a sí misma por haber pasado desapercibida.
Aún no se creía que el dependiente la hubiese confundido con una muñeca de verdad. Era cierto que había exagerado un poco con el maquillaje, y que también se había estado entrenando para aguantar mucho tiempo sin pestañear, pero en el fondo no esperaba llegar a conseguirlo. Además, mientras el chico la observaba, le había empezado a picar horriblemente la nariz, y sus ojos habían amenazado con empezar a lagrimear. Pero al final, todo había salido bien. Y ahora, allí estaba, con toda una noche por delante para probarse cuanta ropa quisiera sin ser molestada por otros clientes que se cruzasen en su camino o consiguiesen coger las prendas antes que ella. La sola idea la hizo estremecerse de emoción.
No obstante, ella no había venido a robar nada; principalmente porque el local tenía instalado un sistema de alarmas de seguridad que saltaba en cuanto se arrancaban las etiquetas o no se habían pasado previamente por el mostrador, y no le apetecía tener que salir corriendo despavorida cargando con montañas de ropa nueva. También podía buscar el aparatito que las desactivaba, pero no tenía ganas.
En cualquier caso, ¿qué más daba eso ahora? Tenía todo el tiempo del mundo para verse con calma hasta el último artículo de aquella tienda y lo iba a disfrutar al máximo. El hecho de hacerlo iluminada únicamente con la luz que provenía del escaparate lo hacía todavía más divertido.
Avanzó con decisión hacia la sección de zapatos, se descalzó rápidamente y empezó a coger pares con tacón para probárselos. Le chiflaban los tacones, aunque aquella noche se había puesto unas bailarinas para no hacer ruido al caminar. En cuanto a cómo salir de la tienda una vez hubiese acabado lo que había venido a hacer, conocía bien el establecimiento y sabía que el dependiente guardaba una copia de las llaves dentro de la figurita de un peluche que había sobre el mostrador, y pensaba usarla para salir. Sería una fashion victim, pero no tonta.
Así se tiró un buen rato, probándose prácticamente todas las existencias de calzado independientemente de cómo fuesen, maravillándose sinceramente con algunas, descartando airadamente otras. Al cabo de una hora, cuando ya no le quedaba ningún calzado por ver, apiló todos los que había dejado por en medio en un enorme montón y los fue devolviendo pacientemente a sus respectivos sitios. Le hubiera gustado clasificarlos por colores, como solía hacer en los estantes bajos de su propio armario, pero no podía dejar ninguna señal de que había estado allí. Sin embargo, escondió los que más le habían gustado en lugares alejados de la vista, para que nadie más que ella supiera dónde estaban y poder conseguirlos con facilidad cuando volviera al día siguiente.
Cuando terminó de ordenar, se volvió a poner sus bailarinas y se levantó alegremente de un saltito, ya que tenía muy claro cuál sería su próximo objetivo: nada más sentir que sus pies volvían a tocar el suelo, se fue derecha a la sección de sombreros y adornos para el pelo. Se paró en medio de los bustos decorados con diversas pelucas y complementos y se mordió el labio inferior, observando con avidez las cosas que exponían. Tras unos frenéticos segundos, su vista se topó con una pamela color rosa chicle, decorada en un extremo por un lazo de gasa amarilla moteada con puntitos blancos. Dejó escapar un gritito y la agarró rápidamente con instinto posesivo, colocándosela en la cabeza. Esbozó una sonrisita al descubrir un espejo detrás de ella, y ajustándosela mejor se dirigió hacia él y empezó a hacer poses coquetas. Suele ser difícil tener pasión por la ropa y no ser un poco vanidosa.
Su euforia probadora se acrecentó al ver un sombrero estilo vaquero magenta de paja sintética atravesada en la parte superior por una pequeña espigo de trigo falsa. Dejó la pamela a un lado y lo cogió alegremente. Se lo puso inclinado hacia un lado, ladeó la cabeza y juntó las manos simulando una pistola, como si fuera la protagonista de una película del Oeste.
Sin duda alguna, aquel sombrero estaba hecho para ella. Le sentaba estupendamente.
Pero tenía el ala demasiado grande. Iba a ser muy difícil esconderlo…
Empezó a pensar en un lugar que no llamase demasiado la atención.
Era difícil, ya que el magenta era un color muy vistoso y resultaba complicado hacerle pasar desapercibido. ¿Y si lo camuflaba llenándolo de accesorios? ¿O metiéndolo debajo de otro sombrero más grande? O tal vez…
-Tienes un gusto horrible.
La sonrisa se le congeló en el rostro y sus dedos se crisparon en torno a los bordes del sombrero. Se quedó petrificada en el sitio, sin atreverse siquiera a respirar.
¿Quién había dicho eso?
¿Había alguien más con ella?
No. No podían haberla pillado. Había estado planeando aquello durante meses. Simplemente, no se lo podía creer. Pero así eran las cosas. Tenía que dar la cara.
Tragó saliva y, armándose de valor, giró la cabeza y miró de soslayo a sus espaldas.
Soltó un respingo de sorpresa.
Porque la que había hablado era un maniquí.
O mejor dicho, otra chica que se había hecho pasar por un maniquí.
Se atrevió a darse la vuelta por completo, sin dejar de aferrar el sombrero vaquero, y la observó con más detenimiento.
Estaba sentada sobre una pequeña banqueta, igual que antes, con las piernas cruzadas y los dedos de las manos entrelazados en torno a la rodilla superior; la única diferencia es que ahora estaba de cara a ella, devolviéndole la mirada, y no hacia el exterior del escaparate.
A diferencia de ella, no se había cortado un pelo y se había puesto unos brillantes zapatos negros azabache con tacón de aguja de al menos diez centímetros. Llevaba unos santoles verde oscuro de pitillo tan ajustados que parecían estar directamente sobre la piel, y la parte superior de éstos desaparecía bajo una larga camiseta de manga corta con letras negras de molde en la parte delantera. Su pelo era negro, largo y ondulado, con el flequillo recogido en un extremo y tapado en gran parte con un sombrero de hongo de tela azul con un lacito de terciopelo. El aspecto descarado que ofrecía en conjunto quedaba reforzado por la expresión de su rostro, visiblemente disgustada.
El miedo inicial que había sentido en un principio se fue transformando poco a poco en indignación. ¿Quién se había creído que era la maleducada esa como para hablarle así? Y tampoco es que fuera la más indicada para hacerlo. ¿A quién se le ocurría combinar tacones altos con pantalones de pitillo? Los tacones altos se llevaban con un vestido o una minifalda, por el amor de Dios. Era de cajón.
Así pues, puso los brazos en jarras, echando la cadera hacia un lado, y bajó la cabeza para fulminar a su rival con la mirada.
-¿Qué has dicho? –preguntó amenazante.
-Que tienes un gusto horrible –replicó la otra sin inmutarse.
- ¿Sabes? Si sigues tocándome la moral acabarás con los dos tacones atravesados en la laringe. Te recomiendo que te calles.
-Llevo toda la noche viendo cómo te pruebas el inventario de esta tienda entero –insistió su oponente sin perder la calma-. Y no le has echado un solo vistazo a la sección de bolsos, cuando todo el mundo sabe que esta semana traían la colección de verano. ¿Cómo quieres que me calle? –añadió, y señaló un punto por detrás de ella.
La otra se giró y contempló boquiabierta un estante lleno a rebosar de bolsos de todas las clases y tamaños (en su mayoría extragrandes) bajo un rótulo que rezaba: “¡Nueva temporada!”
-¡¡Bolsos nuevos!! –chilló emocionada, y corrió rápidamente hacia la estantería como una mosca atraída por la luz. Empezó a saltar, impaciente, hasta que por fin logró atrapar uno del asa, lo atrajo hacia sí con ansiedad y empezó a examinarlo con aire entre profesional y crítico. De pronto, alzó la vista de golpe y vio que la otra chica todavía continuaba observándola.
-¿Qué haces tú aquí? –espetó con el ceño fruncido.
-Nada que no hayas venido a hacer tú –le contestó tranquilamente.
-¡Yo no he venido a robar nada! –exclamó a la defensiva. La otra soltó una risita.
-No, ni yo tampoco…Llevo tanto tiempo aquí que ni siquiera se me pasa por la cabeza –añadió con un deje de resignación, mirando al techo. Iba a preguntarle a qué se refería, pero decidió empezar por algo más básico.
-¿Cómo te llamas?
-Arisu. Soy de importación inglesa.
-Ah… Yo soy Yuki –dijo, y devolvió el bolso al estante, pensando para sus adentros: “¡Qué manera más rara de hablar tiene ésta!”
-Japonesa natural, ¿no?
-Sí… Oye, ¿tú vienes mucho por aquí?
-Estoy siempre. ¿Por?
-Es que no recuerdo haberte visto nunca.
-Será porque varío de look muy a menudo. Bueno, al fin y al cabo, es mi función.
-Ah…
Permanecieron unos segundos en silencio. Yuki se dio cuenta de que la atmósfera de mal rollo se había desvanecido y miró de nuevo a Arisu.
-Oye, ¿por qué no bajas aquí y nos vemos la tienda juntas?
Arisu dio un respingo y abrió mucho los ojos.
-¿Bajar? ¿Moverme?
-¡Sí! Dos fashion victims ven más que una –bromeó Yuki. Arisu parpadeó y sonrió ampliamente.
-Bueno… ¡Vale! –aceptó al final; hizo ademán de levantarse, pero no lo consiguió y soltó un resoplido de frustración-: ¡Maldita sea! ¿Me ayudas a incorporarme? Hace años que no me engrasan las articulaciones y me cuesta mucho moverlas.
Yuki la miró extrañada.
-¿Cómo que no te…? –empezó a preguntar.
Y lo entendió todo de golpe.
Miró a Arisu con más detenimiento, y se fijó en sus pálidas extremidades de madera, ensambladas entre sí por unos discretos muelles; en el brillo artificial de su pelo, que no eran más que hebras sintéticas teñidas de negro; en sus cejas pintadas, y en sus ojos tallados directamente sobre la cara, que no habían parpadeado ni una vez en el transcurso de su conversación.
Arisu no había fingido ser un maniquí. Era un maniquí.
Yuki pegó un salto hacia atrás, tratando de alejarse lo más posible de ella, y empezó a gritar. La muñeca la miró atónita, y se encogió asustada. Pero Yuki no se percató de esto. Continuó chillando y retrocediendo, hasta que chocó con algo. El mostrador. Sacó a toda prisa las llaves de repuesto del oso de peluche, logró localizar la puerta y se dirigió trastabillando hacia ella. Forcejeó hasta que logró abrirla con un chasquido, y luego se atrevió a mirar a Arisu una última vez.
-¡¡Perdóname!! –exclamó-. ¡¡Pero no estoy preparada para hablar con objetos inanimados!!
Dicho esto, salió de la tienda y se fue corriendo por la calle, agitando los brazos como una posesa y gritando incoherencias a pleno pulmón.

Girls' Generation

Llevo bastante tiempo sin publicar nada...Y es que, últimamente, no tenía gran cosa que decir. Efectos secundarios de la rutina, supongo. Sin embargo, hace poco he descubierto un grupo de música que me ha animado y motivado un poco a seguir con mis asuntos pendientes, y por eso quiero compartirlo con vosotros. :) (Bueno, lo de "hace poco" es relativo...En realidad me enteré de su existencia cuando acompañé a mis padres al Media Markt a por una tele nueva, concretamente la ultraplana que tenemos ahora, así que en realidad debió de ser...hace bastante. Las vi en una televisión de alta calidad pero que no tenía puesto el sonido, y por eso, estos días que no sabía qué hacer se me ocurrió buscarlas en Youtube). En fin, vamos allá:


El grupo en cuestión consta de nueve chicas  surcoreanas (Taeyeon, Jessica, Sunny, Tiffany, Hyoyeon, Yuri, Sooyoung, Yoona y Seohyun), y según la región se las conoce por nombres diferentes. En su país original se las conoce como So Nyeo Shi Dae (que viene a significar algo así como "La Era de las Chicas" y se puede escribir "소녀시대", o "少女時代"), en China como Shao Nü Shi Dai ("少怒时代"; según el traductor de Google significa "veces menos la ira", pero creo que está mal (o.o) ), en Japón como Shoujo Jidai ( "Shoujo" (少女) significa "chica" o "señorita", y "Jidai" (時代) es "Edad". Se escribe igual que en chino y coreano, pero la pronunciación es diferente). Internacionalmente son llamadas SNSD por los fans; y por último, en occidente se las conoce simplemente como Girls' Generation. 
A diferencia del grupo con el que había estado obsesionada hace pocos días (t.a.T.u), las canciones de las SNSD son muy variadas y alegres en su mayoría, aunque su estilo de música suele clasificarse como pop.
Aquí tenéis unas muestras de sus canciones (las que más me han gustado hasta ahora y que están sonando en mi lista de Youtube mientras escribo esto), para que veáis a lo que me refiero:


1. "Oh!":el videoclip con el que se corresponde la imagen que encabeza este artículo. Es al que más cariño tengo, ya que fue el que vi en la tele del Media Markt. XD
Supongo que hay quien lo clasificará de machista, pero en comparación a la mayoría de las artistas musicales que tenemos por occidente es muy light. Lo que sí que es es muy shojo.


2. "Gee": este single fue, al igual que "Oh!", una de sus primeras canciones. Además, me inspiró para escribir un relato que subiré inmediatamente después de publicar este artículo, pero eso no viene al caso. Advertencia: la canción es muy pegadiza y un poco machacante, así que si la oyes muchas veces es posible que luego te sea difícil sacártela de la cabeza (como me pasó a mí en su momento).

                                     


3. "So Nyeo Shi Dae": sí, esta canción se llama igual que el nombre que recibe el grupo en coreano. Forma parte de su primer álbum. Comparadas con cómo son ahora, se las ve tan jovencitas...


4. "Day by Day": ésta es, hasta ahora, la canción que más me ha gustado. Es muy larga, pero muy bonita. Podría decirse que el videoclip es muy sencillito (lo único que hacen es hacerle monerías a la cámara), pero a mí me encanta.


Es bastante probable que al principio os cueste distinguirlas, pero con el tiempo se hace fácil (más o menos...) Aquí tenéis un collage de todas ellas, para que sepáis quién es quién. (Por cierto, el videoclip donde lucen estos modelitos se llama "Genie" ).

Y, por último, unos dibujitos que hice un día después de escuchar Oh! y Gee y el mismo día que descubrí So Nyeo Shi Dae y Day by Day, entre otras...Son bastante cutres, ya que los hice sin pensármelo demasiado y sin pararme a mirar de nuevo los videoclips para hacerlos, por lo que ninguno de los trajes se corresponde con los de los MV. Aquí están:

-Para "Oh!" :

No me basé en ninguna en particular para hacer este dibujo, y el traje de animadora azul y amarillo está mal (llevaban botas blancas con tacones en vez de zapatillas y calcetines), pero se me fue la mano y cuando me di cuenta ya era demasiado tarde.
-Para "So Nyeo Shi Dae" :

Ésta es claramente Sunny, mi favorita, pero no me gusta cómo me ha quedado. Quiero decir, al verla de cintura para arriba parece que va a bailar, pero cuando sigues mirando y llegas a las piernas piensas: "Vaya, pues sólo estaba andando..."
 -Para "Day by Day" :

Ésta es Taeyeon, comiéndose felizmente su helado de nata. También le hice la raya de la fresa, pero como el dibujo está escaneado no se ve bien.

Aquí está Hyoyeon enseñándonos el lacito que hizo con la cinta de papel de regalo. Su contorno no me ha quedado bien, se confunde con los regalos del fondo. En fin...
(También había hecho un dibujo de Hyoyeon vestida en plan Gee, pero me quedó fatal y he pasado de subirlo).
A pesar de ser bastante populares, hay gente a la que las Girls' Generation no les gustan nada. He visto foros en los que gente que escribía en inglés las llamaba "Slut Generation" (no voy a traducir lo que significa "Slut", pero que sepáis que es un insulto). También me parece un poco cruel que las estén puntuando todo el rato por el físico, pero, al fin y al cabo, de eso viven. (u.u)
Últimamente sus videoclips se han vuelto un poco más atrevidos y me recuerdan un poco al estilo de lady Gaga (en el modo de cantar y en la música; en vestuario no creo que lleguen a coincidir nunca), y ya no me gustan tanto.
Al margen de todo esto, a mí algunas de sus canciones me han ayudado a romper la monotonía y me han hecho interesarme por un montón de cosas que hasta hace poco me daban igual. (No me refiero a cosas relacionadas con la ropa, eso nos lo están diciendo a las chicas todo el rato).
Lo curioso es que las t.a.T.u (el grupo que oía todo el rato hasta hace poco) era más bien emo y tristón. Nada que ver con ellas. Eso demuestra que siempre viene bien variar un poco...

domingo, 1 de mayo de 2011

Portada de Soul Eater Not

Y aquí viene una tercera portada de matemáticas cutre. Ya les he creado una etiqueta y todo, porque mientras no acabe el curso escolar no creo que deje de hacerlas, y a mí me gusta tenerlo todo ordenado. (Otra cosa es que realmente lo ordene, pero esa es otra historia).
En realidad la portada iba a ser en un principio para un trabajo de semana santa de física, pero no me dio tiempo a acabarla para la fecha de entrega y por eso pasó a ser para el trabajo de matemáticas, que se entregaba más tarde. XD
En esta ocasión dibujé a las protagonistas de la secuela shojo de Soul Eater, utilizando este dibujo como referencia:

Primero hice un bocetillo a lápiz (con mi propio estilo de dibujo):
Luego las repasé a rotulador procurando no olvidarme la mitad de las líneas, como normalmente me pasa (y aquella vez era peor, porque eran como las once de la noche y me caía de sueño):

Y, por último, traté de añadir el color, pero los párpados me pesaban de tal manera que lo hice fatal. (Típico de mí, eso de dejar las cosas para el último momento y hacerlas a toda prisa):
Minianálisis del dibujo:
-Las posturas deberían estar más forzadas, no se corresponden con el dibujo original.
-La rubia está bizca.
-Mi ya de por sí escasa habilidad para colorear bien y el cansancio nocturno se combinaron a la perfección y me hicieron colorear como si fuera una niña de primaria.


En fin...Menos mal que ya estoy aprendiendo a manejar mi tableta gráfica y dentro de poco podré colorear por ordenador y de un modo mínimamente decente. Y, cuando consiga hacerlo, repetiré este dibujo y esta vez me quedará bien. ¡Prometido!